jueves, 17 de mayo de 2018

Completando la colección de obras de García Bacca XXXVIII


         Dos nuevas obras relacionadas con García Bacca se incorporaron ayer a nuestra biblioteca. Una de ellas es Belleza y Revolución, de Ludovico Silva, publicada en Valencia (Venezuela) en 1979.
         Ludovico Silva que era como firmaba Luis José Silva Michelena (1937-1988) fue uno de los más destacados intelectuales venezolanos del siglo XX. A pesar de morir relativamente joven dejó una amplia producción como filósofo, ensayista y también poeta. Entre sus obras se encuentra esta recopilación de ensayos, dos de los cuales abordan la figura de García Bacca, que fue su maestro en la Universidad Central de Venezuela, donde él también ejerció la docencia.
         Ludovico Silva escribía muy bien y la lectura de este libro constituye una delicia dada la claridad con la que expone su pensamiento en trabajos muy breves.

         El primer de los dedicados a García Bacca fue escrito a raíz de la publicación de la obra Ensayos y Estudios, de la que le regaló “una precios edición en pergamino, cantos dorados y estuche”, como testimonio de “una bella amistad entre maestro y discípulo”. Agradece el obsequio, dado que “fue hecha en Milán y circula muy estrictamente”. Nosotros disponemos de un ejemplar de la misma, aunque no tiene los cantos dorados, ni está impresa en pergamino.
         De García Bacca afirma que es un filósofo, que filosofa en castellano “en el más puro y diamantino de los castellanos que yo conozco” y además “es un pensador, el más grande y agudo que tiene actualmente la lengua castellana”.
         El otro ensayo lleva por título “Nuestro filósofo fosforescente” y lo publicó a raíz de la concesión del Premio Nacional de Literatura de Venezuela a García Bacca. Constituye un nuevo reconocimiento al maestro, al que debe “buena parte de lo que soy”. Está plagado de sentimientos y recuerdos, como el del regalo de los diálogos de Platón “cuando me gradué de filósofo”, poniendo de manifiesto la profunda formación de García Bacca en lenguas antiguas y modernas, con el dato para nosotros desconocido de que manejaba el hebreo y el árabe, “aunque no suele confesarlo”, así como su condición de melómano.

         Respecto al premio afirma que “deben estar de plácemes los marxistas venezolanos”, dado que ha triunfado un conocedor de Marx (Ludovico Silva también lo era), aunque nunca se confesó marxista.




         La otra obra recibida son las Actas del IV Seminario de Historia de la Filosofía Española, publicada por la Universidad de Salamanca en 1986, dentro de su colección Acta Salmanticensia con el nº 184. El seminario se celebró en esa ciudad del 24 al 28 de septiembre de 1984 con la participación de destacados especialistas de diferentes países, entre ellos el profesor de la Universidad de Zaragoza D. Jorge M. Ayala que habló sobre “Naturaleza y artificio en Baltasar Gracián”, y al que recordamos por su presencia en el homenaje que hace unos años tributamos García Bacca en nuestro Centro.
         En esta obra se incluye un extenso trabajo de Alfredo Santo Juan titulado “Una constante en el pensamiento de J. D. García Bacca: El diálogo ciencia-filosofía”. No fue la única ocasión en la que Alfredo Santo se ha ocupado del ilustre filósofo, pues en nuestra biblioteca tenemos otros escritos suyos.
         El que comentamos ahora comienza recordando la opinión de José Gaos que sostenía que García Bacca era “posiblemente el mejor (y quizá único) filósofo que ha tenido España desde Suárez” y además lo justifica.
         A lo largo del mismo trata sobre su formación y las distintas etapas por la que atravesó su pensamiento así como de su “continuo, esforzado y renovado diálogo entre Ciencia y Filosofía, del que García Bacca fue un pionero pues, no en vano, obtuvo la primera cátedra de Filosofía de la Ciencia que hubo en España.

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