jueves, 11 de enero de 2018

Va a ser restaurado el puente de Vulcafrailes


         El M. I Ayuntamiento de Borja está estudiando la posibilidad de proceder a la restauración del puente de Vulcafrailes este año. En este sentido, va a encargar la elaboración de la correspondiente memoria para evaluar la cuantía de la intervención y, al mismo tiempo, ha solicitado al Centro de Estudios Borjanos un informe sobre la importancia histórica de este monumento.

A pesar de su aparente sencillez, el puente de Vulcafrailes es el más antiguo de los conservados en el término municipal de nuestra ciudad. Ubicado sobre el barranco del mismo nombre permite el paso sobre el mismo al camino que conduce a Navarra y que sigue el trazado de la antigua calzada romana que partiendo de Tarazona y atravesando Borja iba a enlazar con la que seguía el curso del Ebro hacia Astorga.




         Esa circunstancia y los sillares existente en su base han permitido especular a algunos sobre su posible origen romano, lo cual no ha podido ser comprobado hasta el momento, siendo más prudente datarlo en época medieval.



         Sobre esa base de sillares se alza su único ojo de medio punto con ladrillos en sus frentes, encima de los cuales se dispone el muro de piedra seca que formaba el pretil, con orificios cuadrangulares para la evacuación del agua, ahora cegados al haber sido recrecido el firme del tablero para ampliar sus dimensiones y permitir el paso de vehículos de mayor anchura.




         Sus aletas, también realizadas en piedra seca, se prolongan como muros de contención del terreno circundante, formando un conjunto de indudable belleza. La acción del agua ha provocado el derrumbamiento de parte de esos muros y el desplazamiento de las zonas que se conservan de ello, las cuales se encuentran en serio riesgo de desaparición.




         La rehabilitación del mismo implicaría la consolidación de sus muros, en sus partes conservadas, rehacer las derrumbadas y aligerar el peso que soporta el tablero por la carga de tierra que se colocó sobre él, intentando rebajar el firme hasta el primitivo nivel, de manera que se recuperasen los pretiles.
         Esta actuación es importante, dado que al interés arquitectónico de la obra viene a sumarse su importancia histórica, debido a su emplazamiento en un nudo de comunicaciones que, en el pasado, fue muy transitado.

         Prueba de ello es que el puente y sus inmediaciones fue el lugar elegido por los últimos bandoleros que operaron en nuestra zona, asaltando a los viajeros que, procedentes de Zaragoza, se dirigían hacia Tarazona y Borja. De esas acciones hay documentación conservada en los procesos incoados al efecto y en la obra Crímenes ejemplares, publicada por el Centro de Estudios Borjanos, se hace referencia a uno de los casos.

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