viernes, 10 de noviembre de 2017

Posible origen de la advocación de la Virgen de Misericordia


         En junio de 2012, publicamos en este blog un artículo en el que planteábamos nuevas hipótesis en torno a la imagen de la Virgen que se venera en el Santuario de Misericordia de Borja, bajo la advocación de “Mater Misericordiae” o Virgen de Misericordia.




         Cuestionamos entonces que esa imagen hubiera aparecido al abrir las zanjas del claustro de la colegiata, como se señala en una placa con bajorrelieve, de factura moderna. En nuestra opinión se trata de la antigua titular del retablo mayor de ese templo que fue reemplazado por el retablo gótico que ahora se puede admirar en el Museo de la Colegiata.

         El cabildo de la colegial, en fecha posterior a la del supuesto “hallazgo”, decidió trasladarla a la Muela Alta de Borja, donde se encontraba una ermita dedicada a Santa Eulalia sobre la que, en 1539, se edificó el primitivo santuario.



         Estaríamos por lo tanto, ante una imagen de la Virgen sedente con el Niño, de origen medieval, aunque las sucesivas “restauraciones” la han transformado completamente, aunque manteniendo el aspecto original.
         Atendiendo al mismo, se planteaba un nuevo interrogante, el relacionado con la advocación de “Virgen de Misericordia”, dado que no responde a los postulados iconográficos de la misma.

         La ponencia presentada por la Profª. Dª. María Carmen Lacarra, abrió una nueva línea de investigación, al hacer alusión a la profusión de retablos encargados en la segunda mitad del siglo XV, teniendo a la Virgen de Misericordia como titular.



         Porque la Virgen de Misericordia es representada acogiendo bajo su manto a los que imploran su protección. Insertamos este ejemplo de la tabla central del retablo de la ermita de la Virgen de la Carrasca de Blancas (Teruel), hoy en el Museo de Arte de Cataluña, porque fue realizada por Bonanat Zahortiga, el padre de los autores del retablo de Santa María de Borja.
         Son muchos los artistas que reprodujeron este tema, como Martín Bernat o Blasco de Grañén, autor de un retablo para la parroquial de Ainzón que sigue teniendo como titular, en un retablo posterior, a Ntra. Sra. de Piedad, que es equivalente a Misericordia.
         La difusión de esta advocación respondía a temor desencadenado por la peste que tenía también como santos protectores a San Sebastián y San Roque, ambos con implantación en nuestra ciudad, aunque el segundo por una epidemia posterior (siglo XVII), así como San Juan Bautista, con fiesta votiva por el mismo motivo.
         El momento en el que la imagen de la Virgen se traslada a la Muela Alta y el hecho de servir ese lugar como lugar de aislamiento en diversas epidemias y espacio de curación, plantea la posibilidad de que el cabildo quisiera colocarlo bajo la protección de María, bajo una advocación que cobraba fuerza, recurriendo al procedimiento de “renombrar” una imagen preexistente.

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