martes, 30 de agosto de 2016

Fervor y tradición en la fiesta de las Santas Reliquias de Ambel



            Dos de los más importantes monumentos que constituyen el Patrimonio Cultural de la villa de Ambel, la ermita de Nuestra Señora del Rosario y la iglesia parroquial de San Miguel, fueron testigos ayer de la celebración del día principal de sus fiestas patronales, en honor de las Santas Reliquias, que tuvimos la oportunidad de compartir con todos sus vecinos.





            A mediodía, se celebró en la ermita del Rosario, en cuyo retablo se encontraba ese excepcional conjunto de relicarios bajo cuyo patronazgo se acogió hace ya siglos la localidad, una solemne Eucaristía que fue presidida por el actual Párroco, P. Cervando Bedoya (Misionero de Betania), con quien concelebraron el Párroco de Mallén, D. Esteban Guilzu Olza, y el de Novillas, D. Martín Crespo Pascual.





            A lo largo de la ceremonia fue interpretada la “Misa baturra”, a cargo del Grupo de Jota “El Regañón” de Tarazona, que se situó en el coro del templo, junto a otras personas que vestían el traje regional.





            A continuación, se inició la procesión con la peana en la que se dispone uno de los relicarios. Fue presidida por el Sr. Párroco, tras el cual marchaba el Sr. Alcalde de Ambel, D. Fernando Flores Berna, acompañado por el Diputado Provincial, Iltre. Sr. D. Pedro Feliciano Tabuenca López, Juez de Paz y miembros de la corporación municipal.





            Especialmente emotivo fue el momento en el que, al llegar a la plaza de San Miguel, los diferentes grupos de danzantes hicieron las “cortesías” ante la peana y la Banda de Música “La Moncaína”, bajo la dirección de D. Francisco José Lamata Gómez, interpretaba el Himno Nacional que, en el caso de Ambel, va acompañado por el baile de los danzantes.





 

            A continuación, la procesión recorrió las calles de la localidad cuyos edificios se encontraban engalanados con tapices, para retornar de nuevo a la plaza de San Miguel en donde se procedió al baile de paloteado. Nos llamó la atención que durante todo ese largo espacio de tiempo no cesaron de sonar las campanas de la torre de la iglesia parroquial, volteadas a mano por un grupo de esforzados voluntarios, como en los viejos tiempos.






            Situada la peana a las puertas de la iglesia parroquial, junto con el pendón de la cofradía y las autoridades, en lugar preferente, dio comienzo la interpretación del paloteado, pues en Ambel desde hace unos años no se lleva a cabo el dance, a pesar de que disponen de algunos de los mejores textos de nuestra comarca.







            Como contrapartida, el baile simultáneo de los distintos grupos resulta especialmente vistoso y espectacular, tanto en su modalidad de palos como de cintas. La foto final, con todos los participantes da idea del elevado número de los mismos, tanto niños como mayores.




            Entre los detalles curiosos que pudimos observar fue el de un danzante grabando el desarrollo del baile con una cámara en su cabeza o el de los gemelos Lucas y Mario Montorio, formando parte de uno de los grupos.

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