sábado, 2 de julio de 2016

La desaparición del fuero de Borja y otros importantes documentos


            Acabamos de adquirir un ejemplar del cuaderno III del tomo XXIV del Boletín de la Real Academia de la Historia, correspondiente al año 1894. El interés del mismo radica en que en esa publicación se incluye un informe del ilustre historiador y jurisconsulto D. Vicente de la Fuente y Condón (1817-1889), sobre la visita efectuada a los archivos de Tarazona, Veruela, Alfaro, Tudela, Calatayud y Borja.

            D. Vicente de la Fuente, que había nacido en Calatayud, llegó a ser Rector de la Universidad Central y miembro de las Reales Academias de la Historia y de la Ciencias Morales y Políticas. Precisamente en su condición de Académico de la Historia efectuó la visita a la que haremos referencia, en el marco de los trabajos programados para completar la monumental obra España Sagrada, que había escrito el P. Traggia, a finales del siglo XVIII. Comoquiera que, entre las partes que faltaban figuraba la correspondiente a la diócesis de Tarazona, se encomendó a D. Vicente de la Fuente visitar los archivos más importantes de la misma, para recabar datos que facilitaran la labor. No sabemos la fecha exacta en la que estuvo en Borja, pero desde luego fue años antes de ser publicado el informe, pues en 1894 cuando se dio a conocer en el Boletín, habían transcurrido cinco años desde su fallecimiento.




            En Borja, parece ser que no encontró demasiada ayuda en la colegiata, donde le dijeron que su archivo había sufrido las consecuencias de los saqueos efectuados durante las guerras de Sucesión y de la Independencia, cosa que no era completamente cierta.
            Sin embargo, en el Archivo Municipal encontró documentos muy importantes sobre los que merece la pena hacer referencia. En primer lugar, señala haber visto “el Breve del Papa Alejandro VI, declarando patrimoniales los beneficios de aquella iglesia colegial”. Se refiere, indudablemente, a la llamada “bula de patrimonialidad”, en virtud de la cual todos los cargos de la colegiata de Santa María debían ser provistos en naturales de la ciudad o bautizados en ella. Esta bula que se conservaba en el archivo colegial, fue pedida en un momento determinado por la corporación municipal y nunca retornó a su lugar de procedencia, habiendo sido dada por desaparecida con posterioridad.
            Pero, a continuación, da noticia de “varios legajos de papeles árabes, que no fueron hallados mientras allí estuve”; de un “libro de apuntaciones de aquel Corregimiento”; del “fuero de población de D. Alfonso el Batallador” y del “repartimiento hecho por el Conde de Foix”. 



            Estamos ante documentos de suma importancia. Por un lado unos supuestos documentos árabes, que no llegó a ver; pero sí pudo constatar la existencia del Libro Lucero, del Fuero de Población y del Libro del Repartimiento. En el caso de estos dos últimos, los menciona expresamente entre los principales hallazgos de su “expedición”.



            Y como señal inequívoca del interés que le despertaron, en su tercera conclusión o recomendación propone que “que se pidan al Ayuntamiento de Borja, con carácter de devolución” para reconocerlos y copiarlos si convienen.
            Comoquiera que en el momento de la visita del Prof. de la Fuente los documentos estaban en el archivo y, sin embargo, no figuran en el inventario realizado a finales del siglo XIX, siempre consideramos extremadamente llamativa su “desaparición” en tan corto espacio de tiempo.
            Por un momento, llegamos a sospechar que se hubieran llegado a remitir a la Real Academia de la Historia y que no se devolvieran. Sin embargo, una minuciosa investigación en los archivos de la Academia nos llevó a concluir que nunca salieron de Borja, por lo que no existe constancia de los mismos en esa corporación.
            Pero, cuando el enigma parecía imposible de ser resuelto, Manuel Gracia Rivas encontró un envoltorio que servía de soporte o falca a una de las estanterías del archivo, cuando se encontraba ubicada en el parque de San Francisco. Al abrir aquel extraño paquete, pudo constatar con sorpresa que, en su interior, se encontraban los dos Libros Lucero, de los que no se tenía constancia, ya que tampoco aparecen registrados en el inventario anteriormente citados. El que, con ellos, apareciera una nota indicando que habían sido devueltos por la viuda de un conocido personaje, tras el fallecimiento de su marido, vino a constituir la prueba fehaciente de lo ocurrido con uno de los documentos citados por D. Vicente de la Fuente, así como de las razones por las que no fue incluido en el inventario que la misma persona realizó por encargo de la corporación municipal. 



            Mientras tanto, del Fuero de Borja nunca más se supo, ni tampoco del Libro del Repartimiento, documentos de excepcional importancia para la historia de Borja y de Aragón, cuya existencia a mediados del siglo XIX está constatada.
            En torno a los fueros, debemos señalar que Juan José Morales Gómez y Manuel José Pedraza García, publicaron en 1986, con el título Fueros de Borja y Zaragoza, la transcripción del manuscrito nº 225, conservado en la Biblioteca Universitaria de Zaragoza, conocido con el nombre de “Códice Villarense”, con diversas alusiones al fuero de Borja.
            De igual manera Carmelo Rodríguez Abad publicó, en Jerónimo Zurita. Revista de Historia 53-54, un interesante artículo titulado “El problema de los fueros de Borja. Un modelo para su reconstrucción”. Pero ninguno de los autores que han abordado este tema conoció los datos que hoy ofrecemos aquí, así como la posibilidad de que, en un momento determinado, esos documentos “perdidos” puedan volver a la luz. Que la Santísima Cruz y la Virgen de la Peana, nuestras patronas, iluminen las conciencias de quienes, quizás,  podrían obrar el “milagro”.

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