domingo, 8 de marzo de 2015

La Estación de ferrocarril de Borja



            Es curioso que aunque existen numerosas imágenes sobre la estación del antiguo ferrocarril de Cortes a Borja en nuestra ciudad, apenas se conservan fotografías del edificio central de la misma y no conocemos ninguna en la que aparezcan sus dependencias interiores.

            En estas postales que reproducimos se ven las dos fachadas de ese edificio, la que daba a los andenes y la que se abría al antiguo paseo. En concreto esta última fotografía corresponde a un momento en el que todavía no se había construido el parque ni el ahora llamado Paseo de Valentín Aznar.





            Pedro Domínguez Barrios ha recreado la forma de la estación, un edificio que se articulaba en tres volúmenes o cuerpos alineados, siendo de mayores dimensiones y anchura el central. 



Como puede apreciarse en el proyecto original, no fue concebido inicialmente así, pues los dos cuerpos laterales sólo disponían de planta baja y se cubrían con cubierta plana, coronando las fachadas mediante una balaustrada. Sin embargo como atestiguan las fotografías existentes, se construyeron de dos plantas, con cubierta a una vertiente a los testeros, paralela y ligeramente más baja a la del cuerpo central.



Estructuralmente, el cuerpo central estaba dividido longitudinalmente en dos crujías, por una jácena o puente de madera apoyada en su mitad en un machón central de fábrica, y en sus extremos en sendas pilastras, quedando pues los envigados perpendiculares a las fachadas. Los cuerpos laterales lo hacían en paralelo a las fachadas, cargando en los muros testeros y medianeros.
Los huecos, eran simétricos con respecto a los dos ejes: diez en planta baja, en las fachadas principales o longitudinales, todos ellos para puertas de dos hojas, rematados en arco rebajado, y enmarcados con una moldura sencilla perimetral, y otra moldura sobre el arco a modo de melena de campana, seis de ellos en el cuerpo central, y cuatro en los dos laterales, en esta misma planta, disponía de cuatro huecos en los testeros, y otros cuatro paralelos a estos en los muros medianeros, que comunicaban ambos cuerpos. En la primera planta, el cuerpo central presentaba los mismos huecos, pero destinados a ventanas, mientras que los de los cuerpos laterales, eran puertas, con reja de protección tipo balcón, igual en alzado principal que en testeros.
La arista de los retranqueos de los distintos volúmenes, se decoraba con revoco imitando despiece de sillería, en ambas fachadas. En el cuerpo central, una cornisa volada con molduras sencillas, marca el nivel de la planta primera y el arranque del ático; sobre ella, había un óculo en el frontón que no se contemplara en los planos de proyecto.  



El alero volado estaba formado frontalmente por canetes de madera, y lateralmente por la prolongación de las correas de cubierta. En las fachadas principales, estaba decorado por un bello frente de madera siguiendo la pendiente de la cubierta, similares a los que todavía pueden verse en el lavadero de Borja o en las galerías de algunas casas del Santuario de Misericordia.



Precisamente, esta conjunto de edificaciones del Santuario nos recuerdan mucho a la estación, con sus cadenas en las esquinas, columnas de fundición, mampostería revocada, telares de huecos con molduras, y frentes de madera.



La antigua estación fue derribada para construir el Colegio Libre Adoptado “Juan de Coloma”, más tarde transformado en Instituto. Su emplazamiento aproximado es el que aparece en esta recreación del croquis de la estación sobre la fotografía del Instituto. 




            Lo único que se ha conservado es el muro de contención que discurre frente al parque y la rampa de bajada, ambas obras realizadas con piedra. También en alguna finca próxima pueden verse algunos restos del andén.

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