lunes, 22 de septiembre de 2014

Interesante número de Archivo de Filología Aragonesa


            Acabamos de recibir el último número de la revista Archivo de Filología Aragonesa, editada por la Institución “Fernando el Católico”, aunque corresponden al año 2013. En ese momento se conmemoraba el centenario del nacimiento del Prof. D. José Manuel Teijeiro, fundador de la revista con el Prof. D. Francisco Ynduraín y recordado maestro de muchos de nosotros, en el Instituto “Goya” de Zaragoza, donde impartió su docencia antes de pasar como catedrático a la Universidad de Barcelona. A su memoria va dedicado este número de la revista que nos ha resultado especialmente interesante por una serie de noticias relacionadas con Borja y su entorno, sobre las que volveremos en próximos días, como el paso por nuestra zona de Gaspar de Jovellanos, la biografía del poeta Antonio Serón que ejerció como sacerdote en Borja, de donde tuvo que salir al ser desterrado por hechicero, o la noticia sobre un manuscrito aljamiado “hallado en Borja”, titulado “Sermón de Ramadán”, del que no teníamos noticia.




Hoy, simplemente, queremos hacer alusión al artículo del Prof. D. José Luis Calvo Carilla, titulado “Visiones literarias de los Monegros” porque en el mismo hace referencia al mito de ese territorio poblado de encinas que, supuestamente, fueron taladas para construir los buques de la Armada Invencible. El Prof. Calvo, desmonta esa fábula recordando que el Prof. D. Antonio Beltrán Martínez situaba en tono al año 10.000 a.C. una brusca tendencia a la desertización, dentro de los cambios climáticos que, periódicamente, se registran en nuestro planeta.
            Por nuestra parte, podemos añadir que no se construyó ningún buque para la Jornada de Inglaterra de 1588. Los de combate que se integraron en ella ya existían, entre ellos los llamados “galeones de Portugal” o los que constituían las escuadras del norte peninsular, mientras que todos los buques de transporte fueron naves mercantes requisadas para la ocasión. Su procedencia era muy diversa, desde urcas flamencas a naves de Ragusa. Fue al regreso, cuando para compensar las pérdidas se ordenó construir doce galeones que, por sus nombres, fueron conocidos como “Los doce apóstoles”. De todo ello, dio cumplida cuenta el gran investigador, recientemente fallecido, D. José Luis Casado Soto en su obra Los barcos españoles del siglo XVI y la Gran Armada de 1588. Por otra parte, la Armada fue la principal interesada en conservar los bosques españoles, regulando su corte, aunque siempre fue preciso importar madera del norte europeo para los mástiles, atendiendo a su tamaño y calidad.
            Sobre la falsedad de este mito ya se habían ocupado otros autores y, en este sentido, recordamos el breve artículo de D. Javier Blasco Zumeta, “¿La Marina deforestó los Monegros?” publicado en la revista Trébede, en 1999, en el que apelaba a la necesidad de erradicar esa falsa leyenda que, según indicaba, “se va transmitiendo de publicación en publicación”, sin la más mínima base documental. Lamentablemente, se seguirá haciendo pues, como reiteradamente se comprueba, gustan más esos mitos que la verdad contrastada.

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