miércoles, 29 de enero de 2014

Una sugerente hipótesis sobre el reloj de El Pozuelo de Aragón


            La publicación en este blog, el 26 de marzo de 2012, de la noticia del hallazgo, por la Escuela Taller “Juan de Arnaldín” de la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza, de la representación de un reloj en una tabla gótica sobre la que, posteriormente, se había pegado un lienzo con la imagen de San Antón, el interés despertado ha sido creciente, especialmente tras el artículo recientemente aparecido en Heraldo de Aragón, del que también nos hicimos eco.
            Ahora, acabamos de recibir un trabajo de D. Juan Antonio Ros Lasierra, Ingeniero de Caminos y Profesor Asociado del Area de Ingeniería de la Construcción de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza que, por otra parte, es un experto gnomonista, en el que plantea la sugerente hipótesis de que no se trata de un ingenio mecánico, como inicialmente habíamos supuesto, sino que la tabla de ese reloj corresponde a un reloj solar clásico de esa época. Dado el interés del mismo, reproducimos a continuación los argumentos aducidos por este prestigioso experto:
La cara del sol que tiene la tabla de Pozuelo de Aragón es una representación típica antigua muy usada como motivo central en los relojes solares, por razones obvias. Otra razón que alimenta esta hipótesis es que la cara del sol tiene la nariz centrada en el círculo del dial de horas, lo que se hace en los relojes de sol antiguos para que la varilla que marca las horas (gnomon) coincida con la nariz del sol antropomórfico y no altere indebidamente el aspecto humano del mismo. A partir de las fotos manejadas, el autor que suscribe no puede deducir con seguridad que haya alguna marca central en el círculo del dial, donde la nariz, para ayudar a ubicar la varilla, o que haya un agujero o restos de él con la misma función. Las dos lunas de los dos lados del dial se sitúan donde se inicia y termina la fase no diurna del reloj de sol, es decir, en la horizontal, correspondiendo la parte superior del dial a la noche, y la inferior al día.




Pero lo que refuerza en mayor medida esta hipótesis de reloj solar es la disposición de las horas, que es la siguiente: Obsérvese que las horas de la horizontal son las seis (6) a la izquierda y las seis (6) a la derecha y que abajo están las doce (12). Ese es el marcaje unívoco de un reloj de sol vertical orientado al sur. Este marcaje no se corresponde con ningún reloj mecánico de la época. Las horas del cuadrante superior (por encima de la horizontal) también alcanzan el cénit central a las 12 (medianoche). Este cuadrante superior se añadía por simetría pero era afuncional completamente. También ayuda a completar cuatro zonas para rellenar con temática religiosa, en este caso las referencias a los cuatro apóstoles.
Es posible incluso aventurar la razón que llevó a descartar la tabla del reloj de sol y reutilizarla para otros fines. Existe un error importante en la distribución de las horas solares. Este fallo es muy típico hoy día de los gnomonistas inexpertos. También se produce con frecuencia durante la transmisión de datos del gnomonista que diseña al artista que pinta y era un fallo habitual de los constructores de relojes de sol que trabajaban con instrucciones aproximadas porque el marcaje correcto de las horas de un reloj de sol meridional en nuestro hemisferio tiene una secuencia contraria a la intuición.


            Este es el marcaje correcto que debería haber tenido el reloj de sol. Es decir, las horas empiezan a contar por la izquierda hasta completar la semicircunferencia y terminar a la derecha. Por tanto, se produjo un error ya que el reloj de Pozuelo tiene las marcas al revés, empezando las 6 am a la derecha y terminando con las 6 pm a la izquierda. Como una causa más rara del error podría ser que el autor hubiese usado como modelo o referencia datos de algún reloj de la Sudamérica española de entonces, en cuyo caso los marcajes del reloj de Pozuelo serían correctos para aquellas latitudes pero no válidos para Aragón.
Estos relojes exteriores pintados tenían una durabilidad relativamente reducida pero eran comunes en la época. Convendría comprobar si las pinturas utilizadas en la tabla de Pozuelo tendrían cierta resistencia a la intemperie. En cualquier caso, se solían colocar bajo un tejadillo para evitar la lluvia directa.


            En la época a la que corresponde la tabla, muy pocas personas dominaban el arte y conocimiento de la gnomónica. Los relojes se hacían usando referencias muy incompletas. En muchos casos las horas se distribuían uniformemente alrededor del dial, o se tomaban las marcas más o menos imprecisas arrojadas por una varilla un día cualquiera del año y se confeccionaba el dial a partir de ellas. El cálculo y diseño exacto para Pozuelo de Aragón sería éste, supuesto colocado en una pared orientada al Sur:
            Por lo tanto, en razón de lo expuesto, la hipótesis que se propone es que el reloj aparecido bajo un lienzo religioso en Pozuelo de Aragón, realizado en los siglos XV-XVI, es el dial de un reloj solar. En su confección se cometió un error capital y se descartó, decidiéndose usarlo como base de una pintura posterior.
            Desde aquí queremos agradecer al Prof. Ros su valiosa aportación que abre nuevas vías para un mejor conocimiento de esta pieza singular descubierta en nuestra comarca y cuyo análisis definitivo está pendiente de publicación por parte de los técnicos de la Escuela “Juan de Arnaldín” que llevaron a cabo el descubrimiento.

1 comentario:

  1. Para mí se trata sin lugar a dudas, de la esfera o dial de un reloj mecánico. Se ve perfectamente en la nariz del sol el agujero por donde pasaba la única varilla o mano del reloj. Esta pieza es una auténtica rareza e ignoro porqué hay gente que se empeña en decir que se trata de un cuadrante solar... Imaginaos esa pieza expuesta a la intemperie lo poco que hubiera durado, lo rotas y desencoladas que estarían las maderas, etc. A finales de la Edad Media y hasta el neoclasicismo no es raro encontrar en las catedrales grandes relojes interiores, ¿porqué no en las iglesias abaciales? Enhorabuena por tan magnífico y bello hallazgo

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