viernes, 10 de mayo de 2013

Obras de nuestros museos: Nuestra Señora de Belén en el de la colegiata



            Continuando nuestro recorrido por el Museo de la Colegiata de Borja, vamos a comentar hoy una obra que se encuentra situada en la sala III, muy cerca de la copia de la “Madonna de Montalto” a la que nos referimos en un artículo anterior.



            En este caso se trata de un óleo sobre lienzo, de 64 x 47 cm, de autor desconocido y datado en la segunda mitad del siglo XVII, que representa a “Nuestra Señora de Belén”, como se detalla en la cartela que aparece en la parte inferior del cuadro.




            Es una representación en la que la Virgen estrecha contra su pecho al Niño que, con su mano derecha acaricia el rostro de su Madre. Ambos ciñen corona real.



            Este modelo iconográfico está inspirado en iconos bizantinos de la llamada “Panagia Eleousa” o “Virgen de las caricias” que tuvieron amplia difusión y en los que el Niño puede aparecer a la izquierda o a la derecha de María.
            Pero el antecedente más próximo de la obra que estamos comentando fue, como señaló la Profª Lacarra en el catálogo de la exposición “María en el Arte de la ciudad de Borja”, organizada en 1989, el lienzo que pintó Francisco Camilo para una de las capillas de la iglesia de San Juan de Dios de Madrid en 1662.




            Francisco Camilo (1615-1673) era hijo de un pintor florentino que llegó a España para trabajar en el monasterio de El Escorial. Se formó con el pintor Pedro de las Cuevas, con quien se había casado su madre en segundas nupcias. Sus obras son, fundamentalmente, de temática religiosa, aunque entre su producción se encuentra también esta copia del retrato de la reina Dª Patronila y su esposo el príncipe Ramón Berenguer IV que Filippo Ariosto había realizado, en 1586, para la Diputación General del Reino.
            Con el lienzo de la Virgen de Belén que, como hemos señalado, pintó para la iglesia de San Juan de Dios alcanzó gran popularidad y se hicieron numerosas copias del mismo o inspiradas en él, aunque el original desapareció, lamentablemente, al ser incendiada la iglesia, en 1936, junto con otros muchos templos madrileños. 



Una muy conocida es la que se conserva en el monasterio del Corpus Christi de Madrid, pues participó en la exposición “Clausuras. Tesoros artísticos en los conventos y monasterios madrileños” que, en 2007, organizó la Comunidad de Madrid en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y que, posteriormente, viajó a Barcelona. En la imagen superior, procedente de la revista Alfa y Omega, no aparece el magnífico marco rococó que tiene.



Este lienzo pertenece al convento de religiosas franciscanas clarisas de Astudillo (Palencia) y ha sido restaurado recientemente.



No es el único caso. Esta otra imagen corresponde a un trabajo efectuado por CuetoEstudio, una empresa madrileña que cuenta con un laboratorio de restauración junto con un estudio de Arquitectura de dilatada tradición.



Por otra parte, en 2009, fue subastada en la Sala Durán de Madrid esta copia que, según la información difundida, fue realizada por el pintor Gabriel de la Corte (1648-1694) que ofrece la particularidad de estar orlada con flores, muy al gusto de la época.



Podríamos citar otros muchos ejemplos, incluso en América, donde fue adoptada como patrona por la Orden de los Hermanos de Nuestra Señora de Bethlehem, fundada en Guatemala, en 1656, por San Pedro de San José Betancourt, nacido en la isla de Tenerife y canonizado en Ciudad de Guatemala en 2002. Pero ciñéndonos a la obra que se exhibe en nuestro museo, debemos señalar que, tradicionalmente, ha sido relacionada con la ermita de Nuestra Señora de Belén, construida por disposición testamentaria del ilustre borjano D. Juan de Coloma (1442-1517), secretario de los Reyes Católicos.



Lógicamente, no pudo ser la titular primitiva de ese templo que se levantaba en la actual calle de Belén y cuya espacio fue incorporado a la llamada “casa de los Magallones”, recientemente vaciada para levantar un nuevo edificio. El lienzo actual fue pintado más de 100 años después y su encargo pudo coincidir con la popularidad que esa ermita llegó a alcanzar entre los borjanos a mediados del siglo XVI, lo que no fue obstáculo para que, poco a poco, la ruina amenazara su supervivencia, teniendo que ser clausurada en 1781 y finalmente derribada en 1811. El cuadro pasó a la colegiata de Santa María, hasta su traslado al museo, aunque siempre nos ha planteado dudas el origen del mismo ya que es demasiado pequeño para presidir el retablo mayor de la ermita en la que, supuestamente, estaba.  Se da la circunstancia, además, de que en Santa María existe otro lienzo de las mismas características, aunque de menor tamaño, conservado en el antiguo archivo de la colegiata.



Al margen de lo expuesto, la calidad de esta obra hace aconsejable proceder a su restauración, ya que se encuentra muy oscurecida y el resultado sería espectacular. Mientras tanto, invitamos a nuestros lectores a detenerse ante ella, cuando visiten el museo, dedicando un recuerdo a D. Juan de Coloma, uno de los más destacados borjanos de toda la historia, al que Borja dedicó una calle a mediados del siglo XX y dio su nombre al Colegio Libro Adoptado que, al ser transformado en Instituto, fue absurdamente reemplazado por el de “Juan de Lanuza” que frente, a sus indudables méritos, presenta el pequeño inconveniente de que no nació aquí y un dato más significativo ya que, en su enfrentamiento con Felipe II, Borja se manifestó a favor del monarca, y abandonó al joven Justicia de Aragón.











2 comentarios:

  1. Mi enhorabuena no sólo por los artículos, sino por el interés en dejar constancia de la riqueza comarcal de que somos, la mayoría, ignorantes. Se me ocurre una "asignatura pendiente" que no estaría de más incluir en la programación académica de nuestros infantes y que titularía "Cul-tuya".
    Si no conocemos nuestro pasado ¿cómo vamos a defender nuestro presente y programar el futuro?.

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  2. Extraordinario arte, para nuestros relevos generacionales.
    Me sirve mucho para mi trabajo de Evangelización

    ¡¡¡¡Paz y Bien¡¡¡¡
    Gracias

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