viernes, 31 de mayo de 2013

Canalones de Borja I


            Estos días de pertinaz pluviosidad nos hemos fijado en los canalones que evacuan el agua de los tejados de muchas casas. Algunas personas que, por residir en ciudades donde su uso es menos frecuente, ya nos habían pedido que publicáramos imágenes de los mismos. Enrique Lacleta ha recopilado la práctica totalidad de las existentes en nuestras calles y, por este motivo, queremos atender a esas peticiones.




            En primer lugar, debemos señalar que el nombre con el que se les conoce aquí es el de “canalones”, mientras que “canaleras” son los canales que recorren el alero, recogiendo el agua que evacuan los canalones.
            Lógicamente, no es algo privativo de Borja, sino que son habituales en otros muchos lugares. Su utilización no es muy antigua. Probablemente, no se remonta más allá del siglo XIX ya que los edificios de los siglos XVI y XVII carecían de ellos. Sin embargo, ya  en las Ordenanzas Municipales de 1894 se prohibió su empleo. En el artículo 324 de las mismas se establecía: “Quedan prohibidos los canalones salientes en todas las casas de nueva construcción; las aguas pluviales que viertan a la vía pública se bajará por tubos adosados al muro de la fachada que desagüen en el arroyo o por tubos empotrados en la misma pared. Los mismo se hará cuando se practique reforma general de la fachada y alero de tejados de edificios viejos”.



            El remoto precedente de estos canalones fueron las gárgolas de los grandes edificios medievales con formas de animales mitológicos. Lo cierto es que, cuando se comenzaron a fabricar los “nuevos” canalones en muchos casos eran rematados con cabezas de perro. En principio, eran fabricadas por artesanos locales, aunque más tarde fueron objeto de producción industrial. Es curiosa, la similitud que presentan los modelos elaborados en lugares muy alejados.



            En cuanto a la tipología de los conservados aquí, hemos podido constatar la existencia de varios modelos. El más sencillo adopta la forma de trompeta lisa con un abocinamiento en su extremo distal.




            Sin embargo, lo habitual es que lleven una especie de gola de alambre trenzado, próxima a la boca y más o menos elaborada. En todos los casos, los canalones estás soldados a la canalera y llevan un soporte de hierro con una abrazadera que los sostiene.



            En algunos casos, hemos visto que, además de la gola citada, existe otra de menor tamaño, en torno a la misma boca, como puede verse en esta fotografía.



            Una variante de estos canalones, en forma de trompeta, es la que presenta un acodamiento en su extremo, aunque manteniendo el resto de las características antes reseñadas.



             En esta imagen se pueden ver muy bien los dos tipos. El de la izquierda de forma recta y el de la derecha con el acodamiento y la particularidad de que la boca es dentada.
            Hasta aquí nos hemos ocupado de los modelos más sencillos. En un próximo artículo lo haremos con otros más complejos y bonitos, así como de los de producción industrial, de más reciente introducción.

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