domingo, 17 de febrero de 2013

El Patrimonio Artístico de Magallón II



            Proseguimos nuestro recorrido por Magallón, comentando otros edificios de su arquitectura religiosa. El primero es la ermita de Nuestra Señora del Rosario, ubicada en la zona baja de la población fue edificada por el maestro Jerónimo Samper, fue terminada en 1643. Probablemente, fue ampliada en el siglo XVIII hasta adquirir la configuración actual.




Es de nave única con cuatro tramos y el presbiterio con cabecera poligonal que se cubre con una bóveda de cuarto de esfera, dividida en gallones por cuatro molduras que confluyen en una clave central de formas alabeada. El conjunto se decora con motivos vegetales. El resto de la nave tiene bóveda de lunetos, con vanos a ambos lados, de forma rebajada y enmarcados con una moldura mixtilínea. Por el interior discurre una cornisa con entablamento con decoración vegetal y metopas. Está resaltada en el arranca de los arcos fajones cuyo intradós se decora con casetones de festones.



A ambos lados de los tramos segundo y tercero se abren capillas de poco fondo, mediante arcos de medio punto sin decoración. A los pies del templo se sitúa el coro. El acceso se encuentra en el hastial. En el siglo XVIII se le adosó el pórtico, de forma rectangular y cubierto con bóveda de lunetos, como el resto del templo. La fachada que se abre a la plaza del Mercado, donde se encuentra la portada de acceso, es de ladrillo con cuatro pilastras sobre las que corre entablamento ajedrezado que se prolonga por los laterales. Sobre él frontón curvo partido, con la misma decoración que el entablamento. Como remate un cuerpo que parece dispuesto para acoger una espadaña que, sin embargo, se encuentra sobre el último tramo de la iglesia, con dos vanos para las campanas.



La ermita de San Sebastián de la Loteta está situada en el término de la Loteta, a varios kilómetros del casco urbano y junto al actual embalse del mismo nombre, su obra fue capitulada en 1633, con Martín Bernal, un joven albañil de Pozuelo, aunque se plantean algunas dudas respecto a que el estado actual responda a lo realizado en aquellos momentos ya que la disposición interior se ajusta más a modelos del siglo XVIII.



Edificada en aparejo toledano (mampuesto con verdugadas de ladrillo), es de planta rectangular dividida en tres naves, siendo mayor la central, con cuatro tramos. Están separadas por pilares de planta cruciforme, sobre los que apoyan los arcos fajones y perpiaños, todos ellos de medio punto. Los tramos de la nave central se cubren con bóveda de arista y los de las laterales con bóveda de cañón con lunetos transversales.



La única decoraciones el sencillo entablamento que recorre la nave. En la cabecera recta, una hornacina para la imagen del titular. No dispone de vanos, por lo que la iluminación es escasa.
En la fachada principal a los pies, toda ella de mampuesto, se abre la puerta de acceso, de medio punto con una hornacina sobre ella. Está rematada por una sencilla espadaña de un solo vano. En torno a ella estuvo la casa del ermitaño y otras construcciones, entre las que destaca un cubierto en el muro sur, sobre pilares cuadrangulares.



A la ermita acudían en romería los habitantes de Magallón el día del titular  y aún lo siguen haciendo en otra fecha. Tras los robos que sufrió a mediados del siglo XX, fueron retiradas de la misma las obras de arte que albergaba, entre ellas el retablo mayor con las tablas del siglo XV que Post atribuyó al denominado “maestro de Coteta” (por Loteta). Incautadas por el Ministerio de Cultura, están depositadas en la actualidad en la Casa Consistorial de Magallón.



La iglesia de Santa María de la Huerta, situada en las afueras de la población fue, sin duda, el mejor exponente del arte mudéjar en el valle del Huecha. Tras el abandono sufrido después de la Desamortización, el templo se derrumbó, aunque sus restos han sido restaurados recientemente y transformados en auditorio "Ramón Salvador". Fue declarada Monumento Histórico Artístico de interés nacional, ahora Bien de Interés Cultural, en 1982.



El templo mudéjar se construyó sobre una antigua iglesia en la que se veneraba la imagen románica de la Virgen de Magallón que, según la leyenda, fue transportada por ángeles hasta los montes de Leciñena, tras un sacrílego asesinato llevado a cabo en el interior de la misma, Fue allí donde asistió a la Santa Misa el rey Jaime I de Aragón cuando iba a entrevistarse con Alfonso X el Sabio.



Lo más probable es que, como ocurre en otros lugares de esta zona, fuera la primitiva iglesia parroquial, construida inmediatamente después de la Reconquista ya que, por las condiciones en las que se llevó a cabo aquí, todos los nuevos templos se levantaron extramuros de la población. Existe documentación que atestigua que la nueva iglesia de Santa María de la Huerta se estaba construyendo en 1348, cuando el canónigo del Pilar, Juan de Alcolea, legó 250 sueldos para ser enterrado en este templo del que, afirma, se estaba construyendo. Era un edificio de nave única, con dos tramos, y ábside poligonal de siete lados que se cubrían con bóveda de arista simple en la nave y de ocho nervios confluyendo en una clave en el ábside. A los pies del templo había otro tramo de menor tamaño en el que se disponía el coro.



Por sus dimensiones, lo más espectacular es, sin duda, el ábside. En el destacan los grandes ventanales ajimezados existentes en cada uno de sus lados que, como en el caso de Alberite y Ambel, se cerraban con celosías dobles de yeso labrado, de los que se han conservado lo interiores, siendo sustituidos los exteriores por láminas de alabastro en la rehabilitación. A lo largo de todo el exterior del ábside que carece de contrafuertes, discurren dos frisos enmarcados por ladrillos en esquinilla. El inferior formado por arcos lobulados entrecruzados y el superior por cruces de múltiples brazos formando rombos.



El acceso primitivo se realizaba por el hastial en el que destaca una galería con cuatro ventanales apuntados y, sobre ellos, un rosetón. A ambos lados, se situaban las torres, de las que únicamente se ha conservado la parte inferior. De planta cuadrangular, la del lado sur era de mayor tamaño que la del norte. Por los restos conservados, podemos deducir que la mayor estaba decorada con frisos de cruces formando rombos como en el ábside y otros menores con ladrillos en zig-zag. Es muy interesante su estructura interior. La parte baja dispone de una escalera helicoidal en torno a un machón central, mientras que más arriba adquiere forma cuadrangular cubriéndose con falsa bóveda formada por aproximación de hiladas. En época posterior, se adosó al hastial una capilla de planta cuadrangular, dedicada al Santo Cristo, que se cubría con bóveda de crucería estrellada y que se abría a la nave con un arco de medio punto, decorado en su intradós con motivos renacentistas. Todo el interior del templo estaba enlucido y pintado con un despiece esgrafiado. En el ábside y en otros lugares existieron pinturas murales, cuyos restos han llegado hasta época contemporánea aunque se perdieron completamente al derrumbarse la cubierta del ábside en los últimos años del siglo XX.




El convento de dominicos, fundado en 1612, se levantó junto a la iglesia de Nuestra Señora de la Huerta que, a partir de entonces, fue empleada como templo conventual. Su planta es peculiar para un edificio de estas características, ya que tiene forma de L, por lo que, probablemente, nunca dispuso de claustro. El ala sur tiene cuatro plantas, aunque la inferior ha quedado convertida en semisótano al recrecerse el firme de la calle contigua.



Su fachada, levantada sobre un zócalo de grandes sillares, probablemente procedentes del castillo, es de ladrillo visto, dispone de grandes vanos rectangulares, la mayor parte de los cuales conservan la rejería original. En la planta superior destaca la característica galería de arcos de medio punto doblados, con antepecho. Los vanos apoyan sobre un friso de esquinillas y la fachada se remata con un alero de triple hilada de esquinillas. El conjunto, por sus dimensiones, reviste indudable espectacularidad. Tras acoger, durante un tiempo, las dependencias de la Casa Consistorial, en la actualidad es utilizado como Casa de Cultura y sede de la Biblioteca Municipal “Fernando Lázaro Carreter”, hijo adoptivo de Magallón.









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