domingo, 21 de octubre de 2012

La primera persona conocida que usó el apellido Borja


            Hace unos días, en un artículo publicado en este blog, hacíamos referencia a los descendientes americanos de San Francisco de Borja, la única rama de esta familia que ha tenido continuidad histórica, por línea de varón, ya que en España se extinguió en el siglo XVIII.
            En ese mismo artículo señalamos la existencia de otras familias, sin ninguna relación con los Borja valencianos, que utilizaron el mismo apellido. Desde hace tiempo, venimos recopilando informaciones sobre distintos personajes que hicieron uso de este topónimo como elemento de identificación. Hasta ahora, ninguno de ellos eran anterior al siglo XIV.
 
 


            Sin embargo, ha sido a través de la obra Boquiñeni en la Historia, publicada por D. José Luis Almau Supervía, donde hemos tenido conocimiento de un caso significativamente temprano.





            Hacia 1129, el rey Alfonso I el Batallador había concedido a un personaje, llamado Miro Pedro, la iglesia de Gallur con sus “honores de Boquiñeni y Luceni, y la de Razazol”, señalando que las mismas habían sido repobladas y edificadas por dicho señor, poco después de su reconquista, “para que las tengas y poseas tú y tu posteridad, permaneciendo y sirviendo allí a Dios y a dichas iglesias”.
            La profesora Ledesma Rubio identificaba al citado Miro Pedro con Pedro Mir de Entenza, señor de Benabarre entre 1125 y 1137, que había acompañado al monarca en la conquista de Zaragoza y las tierras de nuestra zona.





            Sin embargo, en 1148, el obispo de Zaragoza D. Bernardo concedió a la Orden del Temple las iglesias de Razazol y Boquiñeni y, tres años después, Ramón Berenguer IV, como Príncipe de Aragón, otorgaba a los templarios el señorío sobre Boquiñeni. Este provocó un contencioso entre el Temple y D. Miro que tuvo que ser sustanciado mediante la intervención del obispo de Zaragoza.
            En 1157, se alcanzó un acuerdo, en virtud del cual, D. Miro mantendría en su poder las heredades que reclamaba y, a su muerte, pasarían a poder de la Orden. Entre los testigos que aparecen citados en el documento figura un nieto de D. Miro, llamado Martín de Borja que, también, aparece en la ratificación de la concesión a los templarios de las iglesias de Novillas, Boquiñeni y Razazol, otorgada el 10 de junio de ese mismo año por el obispo D. Pedro de Torroja que había sucedido a D. Bernardo en la sede cesaraugustana en 1152.
            Este Martín de Borja es, por el momento, la primera persona conocida que utilizó como apellido el nombre de nuestra ciudad. Es muy difícil que existan casos anteriores, teniendo en cuenta la fecha de la reconquista de Borja en la que, como hemos señalado, participó su abuelo y en donde pudo establecer su residencia su padre.



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario