sábado, 16 de julio de 2011

Restauración del claustro de la colegiata de Santa María de Borja


            La colegiata de Santa María, Bien de Interés Cultural, es uno de los monumentos más importantes de nuestra ciudad en el que destaca su claustro, sometido desde hace años a un proceso de restauración que pretende devolverle su antiguo esplendor.
            Tras las actuaciones realizadas en las cubiertas de sus cuatro alas, ahora acaba de iniciarse una nueva fase de los trabajos encaminada a reabrir los primeros vanos del mismo que han permanecido cegados desde que, a comienzos del siglo XVII, fueran tapiados para hacer frente al cambio climático iniciado en aquella época y que es conocido como la “pequeña glaciación”.
            Por este motivo, muy pocos conocían la importancia del claustro e, incluso, no se sabía con precisión las características del mismo.
            Por la parte interior del mismo, se apreciaba la existencia de cinco vanos geminados en cada panda, todos ellos de arco apuntado y separados por contrafuertes. Sobre ellos se veía la huella de unos óculos considerados coetáneos de la obra original y, por encima de los mismos, los ventanales semicirculares que, en la actualidad, dan luz al claustro, sobre los que no cabía duda que eran muy posteriores, pues rompen la franja de esquinillas que corre sobre los contrafuertes.


            En un importante estudio realizado por Manuel Jiménez Aperte y José Carlos Escribano Sánchez, que ha sido citado posteriormente por diversos autores, se dio a conocer que, en 1530, el cabido de la colegial capituló con Antón Chález (Antón de Veoxa) la terminación del claustro, iniciado por Jerónimo Millán en 1527, que se encontraba inacabado. Entre las condiciones estipuladas se establecía el cierre con celosías de los vanos ya abiertos.


            A la vista de ello y, antes de comenzar los trabajos de restauración, era importante conocer con precisión las características estructurales del mismo y, por este motivo, el pasado 15 de abril, se inició la realización de catas arqueológicas a cargo de un equipo multidisciplinar integrado por el arqueólogo D. Alberto Aguilera Hernández, la arquitecto Dª María Martínez Fábregas, responsable de la restauración junto con el arquitecto D. Fermín Soto Jaca, y el especialista D. Manuel Jiménez Aperte. Con ellos colaboraron otras personas como al estudiante de 4º curso de Arquitectura Dª Teresa Berna Sierra. También estuvo presente el concejal delegado de Urbanismo y Patrimonio D. Leandro Galindo Escolano, en representación del M. I. Ayuntamiento que financia las obras, junto con la Excma. Diputación Provincial de Zaragoza y la parroquia de Borja.


            El resultado inicial de los trabajos ha deparado sorpresas importantes. Por un lado, parece evidente que los óculos fueron realizados, de manera tosca, cortando los ladrillos del muro, cuando se procedió al cierre de los vanos. Pero la minuciosidad con la que, afortunadamente, se ha procedido, ha permitido realizar un hallazgo espectacular,  el de un fragmento significativo de las celosías que los cerraban, lo que permitirá su completa reconstrucción.


            El Centro de Estudios Borjanos ha prestado todo su apoyo a estos trabajos que constituyen la base fundamental para la rehabilitación de uno de los claustros más importantes de esa época en Aragón que, cuando esté ultimada, ofrecerá una aspecto muy diferente de este espacio, favoreciendo la visión de otros elementos de la colegiata, como la esbelta torre del reloj, desde un ángulo que permite contemplar todas sus fases constructivas.


1 comentario:

  1. me gustaría poder seguir la progresión d la obra a través de artículos tan interesantes como este

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