Borja se dispone a celebrar una Semana Santa cuyo eje central está constituido por el Entierro de Cristo que, cada año, tiene lugar en la tarde del Viernes Santo en la plaza de España. Se trata de una ceremonia cuyo origen se remonta a los primeros años del siglo XVIII cuando, tras el Descendimiento de un Cristo articulado en el pórtico de la colegiata de Santa María, era llevado hasta la citada plaza, bajo escolta de los alabarderos, para proceder a su sellado, momento en el que se rompe el “velo del templo”.
Salvo el Descendimiento, que es recordado con un paso construido en el siglo XX, la procesión se mantiene como entonces y en ella participan todas las cofradías borjanas que, en su origen, fueron organizaciones gremiales. Cada una de ellas, asume el traslado de su correspondiente paso en un desfile en el que se integran elementos alegóricos como las “cuatro partes del mundo”, las “tribus de Israel” o la “Paz y la Justicia”. También ocupa un lugar destacado el paso de la Muerte. Tras el arca se sitúa el “duelo del Señor”, integrado por su Madre, una imagen de la Virgen articulada que mueve los brazos y la cabeza, como si llorara. Es acompañada por la Verónica y María Magdalena. También figura San Juan Evangelista que ahora marcha delante de la procesión, tras los heraldos y los “emblemas de la Pasión”, portados por jóvenes nazarenos.
Pero el Entierro de Cristo no es el único desfile que tiene lugar estos días en Borja. Más antigua es la llamada procesión de los Pasos, que representan los Misterios Dolorosos y sale, desde el siglo XVII, en la tarde del Jueves Santo. Por otra parte, el Domingo de Ramos y, tras la bendición de los mismos en la iglesia de San Bartolomé, los asistentes marchan hasta la colegiata de Santa María. El Martes Santo se celebra el encuentro de Cristo con la Cruz a Cuestas y la Verónica, mientras que en la noche del Miércoles Santo, desfila la cofradía de San Juan Evangelista. Los actos culminan el Domingo de Pascua con la Salve Galana, en la ermita del Sepulcro, una ceremonia en la que los jóvenes borjanos acuden a felicitar a la Virgen por la Resurrección de su Hijo.
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